El consumo de sal ha ido bajando en China desde el 2000, pero actualmente sigue siendo casi del doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó hoy un nuevo estudio. El estudio, publicado en la revista estadounidense JAMA, se basó en el estudio total de dietas en el 2000 y 2009-2011 en 12 de las 31 provincias de la parte continental china, lo que abarca alrededor del 46 por ciento de la población del país.
Los investigadores encontraron que el consumo promedio de sal en la dieta de los residentes chinos bajó 22,2 por ciento, de 11,8 gramos diarios en el año 2000 a 9,2 gramos diarios en el 2009.
«Si continuamos al ritmo actual, China podrá alcanzar el objetivo propuesto por la Organización Mundial de la Salud de reducir el consumo promedio diario de sal en 30 por ciento para el 2030″, dijo a Xinhua el principal autor del estudio, Yongning Wu, del Centro Nacional de China para la Evaluación de Riesgos en la Seguridad Alimentaria.
Pero simplemente considerar el consumo de sal en la dieta subestima el consumo de sodio en China, dijo Wu.
Cuando se toma en cuenta la sal proveniente de la salsa de soya, los alimentos procesados y los vegetales encurtidos, el consumo de sodio en China en los años estudiados se redujo apenas 12,3 por ciento, de 6,4 gramos diarios a 5,6 gramos diarios, dijo.
«Estos niveles no son optimistas», dijo Wu.
La OMS recomienda a las personas consumir menos de cinco gramos de sal o dos gramos de sodio diarios.
«Aunque el consumo promedio de sal de los residentes chinos bajó de manera significativa durante estos 10 años, aún se encuentra muy lejos del consumo ideal de sodio», señaló Wu.
La creciente incidencia de la presión arterial elevada y de otras enfermedades crónicas indica que China tiene que controlar de manera estricta y reducir de manera consistente el consumo de sal.
«La dieta de China está cambiando y la refrigeración está sustituyendo a la sal en la conservación de los alimentos», se indicó en el estudio.
«El elevado consumo de sodio persiste debido a la adición de sal y otros condimentos durante la preparación de los alimentos y al creciente consumo de alimentos procesados. Se requieren nuevos esfuerzos para limitar el consumo de sal/sodio y se requiere una revisión regular para evaluar el avance».