Las lluvias e inundaciones que dejaron unos 60 muertos y 60.000 familias damnificadas en Bolivia desde septiembre comenzaron a dar tregua ya en el final de la temporada de precipitaciones, informó este martes el ministerio de Defensa boliviano.
«La tendencia es que están bajando las aguas, tanto en Trinidad como en Santa Ana (en el Beni) y esa es una muy buena noticia», dijo el ministro de Defensa, Rubén Saavedra, principal responsable de la ayuda logística a las personas afectadas por los aguaceros e inundaciones.
Varios poblados comienzan a observar un descenso en el nivel de las aguas, algo que todavía no ha sido perceptible en poblaciones en el extremo norte y noreste de Bolivia, en la frontera con Brasil, donde persisten los serios problemas.
El departamento más golpeado por las inclemencias del tiempo es el amazónico Beni (noreste), donde se estima que se han perdido unas 100.000 cabezas de ganado.Saavedra dio su informe al presidente Evo Morales y confirmó que «tenemos contabilizadas unas 60.000 familias afectadas» en todo el país desde septiembre.
Saavedra también informó que «han sido atendidas efectivamente unas 42.000» de las 60.000 familias y que al resto «no se pudo llegar por la situación difícil que se presentó», pues no habían caminos o los helicópteros no podían aterrizar por las aguas.
El gobierno ya adelantó un fondo fiduciario de 30 millones de dólares para ayudar a los empresarios ganaderos.Según pronósticos de la agencia de meteorología boliviana la temporada de las lluvias se extenderá hasta mediados de mes.
LA PAZ, (AFP)