A los 80 años, Dan Winship, médico y profesor, tiene una última y agridulce oportunidad de enseñar algo sobre medicina. Solo que esta vez él es el sujeto a ser estudiado. Winship sufre del mal de Alzheimer y le está dando a un estudiante la posibilidad de estudiar de cerca los efectos desastrosos de una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo.
Los dos son parte de un programa de «compadres» (buddy, en inglés) que vincula a futuros médicos con pacientes con problemas de demencia. La Northwestern University ideó este programa, que ha sido adoptado por varias otras instituciones educativas.
Además de ofrecer al estudiante una perspectiva única de un mal con el que tendrán que lidiar a lo largo de sus carreras, el programa le da al paciente la sensación de que está haciendo algo útil y la posibilidad de mantener relaciones sociales antes de perder por completo la lucidez.
Winship y su «compadre», el estudiante de primer año de medicina Jared Worthington, están entablando una amistad mediante cenas, visitas a museos y charlas sobre la carrera de Winship y los planes de Worthington.En este programa a los estudiantes de primer año de medicina se les asigna un paciente en base sobre todo a los intereses comunes que puedan tener.
Winship es un hombre abierto, entretenido, con ojos negros brillantes y una barba gris bien cuidada.Fue la primera elección de varios estudiantes, según Morhardt, fundadora y directora del programa. Pero tuvo el pálpito de que se entendería bien con Worthington.El estudiante es un muchacho de 25 años, oriundo de Ontario, Canadá, tal vez un poco más reservado que su mentor texano, pero que se solidariza con Winship en esta etapa tan dura. Su abuela tiene un Alzheimer avanzado.
El anciano reveló que espera que el programa capacite a una nueva generación de médicos que buscarán tratamientos «que nos permitan acabar con esta odiada enfermedad».Para él, pasar un rato con Jared «es lo mejor de todo».
CHICAGO (AP)