Una misa en el centro de Asunción sirvió el lunes al patriarca ruso Kirill para rendir homenaje a inmigrantes de su país que recalaron en Paraguay a causa de la revolución bolchevique de 1917 y luego combatieron en la guerra contra Bolivia. «Entre nuestros países hay una gran distancia pero en algún momento esa distancia fue superada por algunas personas que tenían que irse de su patria y aquí encontraron su segunda patria», remarcó el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en la primera jornada de una visita de dos días.
Centenares de rusos blancos huyeron de la revolución y decenas de ellos participaron como voluntarios en la Guerra del Chaco, que enfrentó a Paraguay con Bolivia (1932-35).
El jefe religioso encabezó un oficio en la calle frente a la primera Iglesia Ortodoxa construida en la capital paraguaya hace poco más de 80 años.
Kirill dijo que el edificio es un testimonio de que los inmigrantes «eran personas de mucha fe» y que eso les ayudó a establecerse en un nuevo mundo.
El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, almorzó con el patriarca en la residencia oficial y calificó de «histórica» la visita del líder religioso.
Cartes destacó que «es un gesto de cercanía del pueblo ruso con Paraguay«. Kirill, de 69 años, manifestó «satisfacción por pisar tierra guaraní».
La delegación del patriarca está compuesta por unas 150 personas, entre ellas su canciller Hilarión, además de varios obispos y sacerdotes, integrantes del coro oficial de su Iglesia y miembros del Servicio Secreto de la Seguridad de Rusia.