Nepal ha establecido nuevas reglas para persuadir a los escaladores a limpiar sus desechos en el Monte Everest, con la esperanza de despejar las toneladas de basura que se han ido acumulando camino del monte más alto del mundo.
A partir de la primavera, las autoridades nepalesas en el campamento base del Everest controlarán que cada escalador que descienda de la montaña cargue aproximadamente 8 kilogramos (18 libras) de basura, la cantidad que el gobierno calcula que va descartando un montañista agotado a lo largo de la ruta.
«No pedimos a los escaladores que busquen y recojan la basura que han dejado otros», aclaró Maddhu Sudan Burlakoti, director del departamento de montañismo en el ministerio de turismo. «Solo deseamos que traigan de vuelta lo que llevaron».
El objetivo es asegurarse de que no se acumule más basura en el Everest, que ha merecido el mote de «vaciadero de basura más alto del mundo» debido a la tonelada de papeles de envoltorio, carpas desgarradas y tubos de oxígeno vacíos que ensucian la montaña.
Unas 230.000 personas casi la mitad de todos los visitantes extranjeros en Nepal vinieron el año pasado específicamente para escalar los Himalaya, y de ellos 810 intentaron trepar el Everest.
«No hay modo de calcular cuánta basura queda en el Everest», dijo Dawa Steven Sherpa, que ha dirigido expediciones al Everest desde 2008 y que planea este año conducir a unos 30 escaladores extranjeros y 45 nepaleses. «Es imposible saber lo que ha quedado sepultado bajo el hielo».
De todos modos los sherpas y los ambientalistas elogiaron la decisión.
KATMANDU, Nepal (AP)