El expresidente salvadoreño Francisco Flores murió el sábado en el hospital donde permanecía ingresado tras sufrir un derrame cerebral, según confirmó hoy su esposa, Lourdes de Flores. La familia decidió rechazar los honores de estado que correspondían al expresidente, envuelto en un proceso judicial por corrupción. Tenía 56 años.
«Nuestro amado esposo, padre, hermano y amigo, está ya en los brazos de Dios», dijo Lourdes de Flores al leer un escueto comunicado en la entrada principal del hospital.
«Paco confió y se sometió voluntariamente a la justicia por su certeza que era inocente, por el contrario sufrió una terrible crisis en su salud provocada por un injusto ataque político que atropello sus derechos fundamentales», agregó.
La viuda afirmó que como expresidente de la Asamblea Legislativa, expresidente de la República, excomandante general de las fuerzas armadas y como gran hombre de Estado, «de acuerdo a la ley le corresponden los honores de Estado, pero es el deseo de la familia realizar sus exequias fúnebres de la forma modesta que caracterizó a Paco en su vida».
El exmandatario fue trasladado de emergencia el domingo a un hospital privado donde fue operado para desbloquear la arteria obstruida y cayó en coma. Los especialistas le habían diagnosticado un daño cerebral irreversible al exmandatario. Tenía 56 años.
Después del reconocimiento de los médicos forenses, el cuerpo del expresidente Flores fue trasladado a la funeraria Montelena donde el domingo será velado. El lunes se realizará una misa de cuerpo presente en la basílica Nuestra Señora de Guadalupe.
El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, el partido derechista partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena) con el que Flores llegó al poder y la presidenta de la Asamblea Legislativa Lorena Peña, del exguerrillero Frente Farabundo Martí, expresaron en sus cuentas de Twitter sus condolencias por el fallecimiento.
«El Salvador ha perdido a un hombre brillante, a un estadista…Y yo he perdido a un gran amigo», expresó en su cuenta de Twitter el diputado y excandidato presidencial de Arena Norman Quijano.
Flores, que gobernó el país de 1999 a 2004, estaba en arresto domiciliario a la espera de ser juzgado por el desvío de más de 15 millones de dólares donador por gobierno de Taiwán para ayudar a los damnificados de los terremotos del 2001 que nunca llegaron a las manos de las víctimas.
Flores padecía de una trombosis en una de sus piernas y fue hospitalizado por primera vez el 30 de octubre de 2014. El 22 de diciembre de 2015 volvió a ser hospitalizado de urgencia por una hemorragia interna.
La abogada Loyda Robles, de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho, una de las organizaciones querellantes en el juicio contra Flores, dijo esta semana a AP que en caso de que el expresidente falleciera, «allí se extingue la responsabilidadpenal, entonces a la Fiscalía le corresponde cesar el seguimiento contra el señor Flores porque se extingue la responsabilidad penal, no así la responsabilidad civil».
Flores estaba a la espera de acudir a la vista pública para ser juzgado por los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito y desobediencia a particulares.
El juez séptimo de Instrucción había ordenado que Flores también fuera juzgado por el delito de lavado de dinero, pero un tribunal superior anulo la acusación y también revirtió la orden de detención provisional, por lo que regresó a su casa, donde era custodiado por la policía.
El tribunal dictaminó que $10 millones fueron a parar a las cuentas del partido Arena, que lo llevó a la presidencia, y el resto se desvió para beneficio del expresidente.
La investigación en su contra se inició tras conocerse un informe sobre operaciones sospechosas en septiembre de 2013.
Flores, que compareció ante una comisión especial de la Asamblea Legislativa, sostuvo ante los diputados que toda la ayuda que recibió durante su mandato fue entregada a los beneficiarios, negó que hubiera depositado cheques de la ayuda de Taiwán en cuentas bancarias y dijo que jamás había obtenido beneficio personal de ningún tipo en el manejo de las cuentas de Taiwán. Pero no dio nombres de las personas o instituciones a las que había entregado la ayuda taiwanesa.
Miguel Montenegro, de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, lamentó que la muerte de Flores se hubiera producido antes de que culminara el proceso judicial.
«Todo terminó en lo mismo, en nada, es que nuestro sistema de justicia ha sido lento, ha sido obediente a intereses que no obedecen a los intereses de justicia de un pueblo y algunos intentaron ponerlo como la víctima», afirmó el sábado en declaraciones a AP.