Ostana, un pueblo de la región del Piamonte, en el norte de Italia, está celebrando la llegada de un bebé por primera vez en más de 28 años. La emoción es porque la población de Ostana se ha reducido dramáticamente a lo largo de los últimos 100 años.
El bebé Pablo, quien nació la semana pasada en un hospital de Turín, a una hora y media de Ostana, eleva el número de habitantes de esta localidad a 85, aunque solo la mitad de estos viven ahí permanentemente, según el periódico La Stampa.
A inicios del siglo XX, vivían unas 1.000 personas en el lugar. Pero después de la Segunda Guerra Mundial, la tasa de nacimientos cayó progresivamente.
«La verdadera caída comenzó en 1975, con el nacimiento de solo 17 bebés entre 1976 y 1987, año en que nació el último», detalla en alcalde Lombardo. Muchos pueblos pequeños en Italia están luchando contra la despoblación, que aumenta a medida que la gente joven se muda para buscar empleo.
Se han intentado diversas opciones: desde ofrecer casas vacías gratis, hasta el acto desesperado de un alcalde que prohibió a los residentes de su pueblo enfermarse.
Hasta que encuentren una solución, en Ostana celebran la llegada de Pablo con una fiesta y, de acuerdo con el periódico La Stampa, con la colocación de una maqueta de una cigüeña en la entrada del pueblo, que lleva un pequeño envoltorio azul en el pico.