Estados Unidos aprobó el martes una amplia gama de actividades comerciales con Cuba que facilitan a las compañías del país norteamericano filmar películas, financiar exportaciones y hacer negocios con el Gobierno de la isla caribeña vinculados a proyectos de infraestructura pública.
Los nuevos cambios tienen lugar cuando ambos países se acercan a una normalización completa de las relaciones tras más de medio siglo de hostilidades, que siguieron a la revolución de 1959 en Cuba. Los vecinos reanudaron los lazos diplomáticos y reabrieron embajadas el verano boreal pasado.
Aunque la mayor parte del comercio estadounidense con Cuba sigue prohibido por un embargo económico, el presidente Barack Obama ha utilizado la autoridad ejecutiva para permitir negocios que no están específicamente vetados por el Congreso.
Funcionarios estadounidenses señalaron que el impacto práctico de los cambios, la tercera ronda de medidas semejantes, dependerá de la liberalización económica de Cuba, ya que intentos previos de promover el comercio se estancaron. A su vez, La Habana se ha quejado de la falta de crédito y de la prohibición de usar el dólar estadounidense.
Los bancos estadounidenses ahora podrían financiar exportaciones autorizadas, excepto de materias primas agrícolas, y reexportaciones de productos no estadounidenses. Anteriormente, el pago de este tipo de comercio debía hacerse por adelantado y en efectivo o ser financiado a través de bancos en terceros países.
Las nuevas normas también permitirán a las compañías estadounidenses participar en la construcción de infraestructura considerada como directamente beneficiosa para el pueblo cubano.
Un comunicado del Departamento del Tesoro menciona como ejemplos el tratamiento de agua y el abastecimiento de energía. Cuba tiene grandes necesidades de infraestructura tras décadas de sanciones estadounidenses y la caída de la Unión Soviética, que fuera su benefactor durante mucho tiempo.
«Básicamente están diciendo que estamos abriendo las puertas para buscar la aprobación si se quiere vender a una compañía estatal», dijo James Williams, presidente de Engage Cuba, un grupo con sede en Washington que promueve el comercio con la isla de Gobierno comunista.
Sin embargo, se negarán licencias a exportaciones de materiales que sean usados por entidades estatales para generar ingresos para el Gobierno cubano y para su utilización por parte de militares, la policía y los servicios de inteligencia y seguridad del país.
Las nuevas reglas también garantizan más facilidades para las compañías estadounidenses para rodar películas y programas de televisión.
El comediante Conan O’Brien y la serie del canal Showtime «House of Lies» filmaron en La Habana recientemente, y la próxima entrega de la franquicia «Rápido y furioso» contendría escenas en Cuba.