Le salió mal la jugada a un sujeto que en completo estado de ebriedad, presuntamente quiso tocar a una adolescente que venía de clases, pero no contaba con que un taxista estuviera pendiente de sus intenciones y sin pensarlo dos veces, el conductor del taxi le propinó su buena golpiza.
Familiares del borracho no permitieron que fuese trasladado por la Policía ni por la ambulancia y se dieron la tarea de llevarlo a su casa de habitación en el barrio Jonathan González.
Gerardo Reyes