El Papa Francisco anuló una tradición de siglos que prohibía a las mujeres participar del rito de lavado de pies en Pascuas, una medida celebrada por los activistas de los derechos femeninos pero que enfureció a los conservadores.
Hasta ahora, solo hombres o niños tenían permitido formalmente participar en el servicio, en el que un sacerdote lava y besa los pies de 12 personas para conmemorar el gesto de humildad de Jesús hacia sus apóstoles en la noche antes de morir.
Pero en una carta del departamento del Vaticano que regula los ritos de los oficios religiosos, el Papa Francisco dijo que el grupo debería estar formado por «todos los miembros del pueblo de Dios», incluyendo mujeres.
El ritual se realiza en iglesias católicas de todo el mundo el Jueves Santo, cuatro días antes de Pascuas. Si bien algunas parroquias de la Iglesia, con 1.200 millones de fieles, ya incluían a mujeres y niñas, la mayoría se había ceñido a las reglas escritas, en particular en los países en desarrollo.
«Es una gran noticia, un avance maravilloso. Esto significa que el cambio es posible, las puertas parecen estar abriéndose en el Vaticano», dijo a Reuters Erin Hanna, codirectora de la Conferencia para la Ordenación de Mujeres, basado en Estados Unidos y que promueve que las mujeres puedan ser sacerdotes.
Desde su elección en el 2013, el Papa ha incluido a mujeres en los rituales que presidió, continuando una práctica que comenzó cuando era arzobispo de Buenos Aires.
«Siento pena por los sacerdotes que han estado intentando obedecer la ley litúrgica en este tema (…) podrían perfectamente sentirse traicionados», dijo Joseph Shaw, líder de un grupo tradicionalista llamado The Latin Mass Society, sobre las nuevas reglas.
El Papa ha dicho que quiere colocar a mujeres en posiciones de poder en el Vaticano y la Iglesia en todo el mundo, pero ha descartado ordenarlas como sacerdote, diciendo que «la puerta está cerrada» en ese tema.