El reloj de la Catedral San Juan de Jinotega despertó después de muchos años de estar enmudecido. Después de haber concluido los trabajos de renovación de la catedral San Juan de esta ciudad en 1958, el cura párroco Rubén Baltodano y Alfaro se interesó por darle beneficio a su pueblo y tener el mejor reloj de la época, una copia del Big Bang de Londres, Inglaterra.
A mediado de marzo de 1960 llegó el cooperante alemán Max Dreher para instalar el reloj acompañado de su hijo Franz Dreher, un joven de veinte años aprendiz de relojería. A sus 76 años de edad y con más de 50 de experiencia como maestro relojero, regresó en enero de 2016 a esta ciudad para restaurar el viejo reloj, enmudecido desde la década de los años ochenta del Siglo XX.
El reloj fabricado por la empresa Alemana Friedrick E. Korfhage en Buer, Alemania, tuvo un costo de 4 mil 817 dólares con 30 centavos, según factura emitida en 1959. De acuerdo al señor Franz Dreher es el mejor reloj de Centroamérica y fue el primero que instaló con su padre.
Esta restauración tiene un costo superior a los cien mil córdobas, aportados por colaboradores donantes a través de un comité de notables ciudadanos.
La Alcaldía de Jinotega aportó a este importante proyecto para la elaboración un andamio de metal, para que el trabajo de renovación se hiciera en condiciones dignas y con seguridad.
El reloj ya marca las horas y fue inaugurado en un acto donde estuvo presente la población jinotegana y fue presidido por el obispo de la diócesis Monseñor Carlos Enrique Herrera y el Alcalde Lic. Leónidas Centeno Rivera, al igual del señor Dreher, a quien se le agradeció por la voluntad de viajar a Jinotega y hacer la reparación de manera gratuita.