Sean Penn se arrepiente, y mucho, de haber hecho su entrevista con uno de los hombres más buscados del mundo, el narco mexicano Joaquín Guzmán Loera, El Chapo. Pero no lo hace por haberse encontrado con el capo ni por haber servido presuntamente como pista clave para dar con El Chapo, extremo que él niega. Su entrevista para Rolling Stone fue un «fracaso» porque no logró su objetivo, dice, de reactivar la discusión sobre la guerra contra las drogas.
«Lo que lamento es que toda la discusión sobre este artículo ignora su objetivo, que era intentar contribuir a esta discusión sobre la política de la guerra contra las drogas», dice Penn en una entrevista con la cadena CBS, la primera que otorga desde que el sábado pasado publicó su controvertida entrevista en la revista estadounidense.
La entrevista con El Chapo debería haber servido como plataforma para empezar esta conversación. No lo hizo y por eso, continúa Penn, la entrevista ha sido un fracaso.
«Déjeme ser claro. Mi artículo ha fracasado», lamenta el actor en la entrevista, que será emitida en su totalidad en el programa 60 Minutes del domingo, pero de la que la cadena ya ha emitido un buen extracto.
«Lo que todos queremos es que este problema de la droga pare. Queremos que los asesinatos en Chicago paren. Nosotros somos el consumidor. Estés de acuerdo o no con Sean Penn, hay una complicidad aquí (…) ¿Y cuánto tiempo se ha pasado esta última semana desde que salió la entrevista discutiendo eso? ¿Un uno por ciento? Eso sería hasta generoso», lamenta Penn.
El tono se le endurece al actor estadounidense cuando se le pregunta sobre las afirmaciones del Gobierno mexicano de que sus contactos con El Chapo facilitaron su captura y afirma que el ejecutivo de Enrique Peña Nieto tiene un objetivo claro: que vayan a por él.
¿Cree que el gobierno mexicano quería que se le echara la culpa de la captura y ponerle en peligro?, le pregunta el periodista. Sí, responde Penn. ¿Quería (el gobierno) ponerle en el punto de mira del cartel?, insiste el periodista. Sí, vuelve a responder sin titubear. Aun así, sostiene que no teme por su vida.
Penn tampoco llega a negar taxativamente que su encuentro con El Chapo, a comienzos de octubre, haya tenido algo que ver con la captura del capo, pero pone en duda la versión oficial de México sobre el vínculo directo entre los dos acontecimientos.
Existe este mito sobre la visita que hicimos mis colegas y yo a El Chapo acerca de que fue, como citan al fiscal general de México, esencial para su captura, señala Penn. Y agrega: Nosotros nos habíamos reunido con él muchas semanas antes, el 2 de octubre, en un lugar que no estaba para nada cerca de donde fue capturado en enero, recuerda. Sin embargo, cuando el periodista insiste y le pregunta si piensa que su entrevista no tuvo nada que ver con la captura de El Chapo, no da una respuesta tan directa.
Lo que sabemos es que el Gobierno mexicano estaba claramente humillado por la idea de que alguien lo hubiera encontrado antes que ellos. Bien, nadie lo encontró antes que ellos. Nosotros no somos más listos que la DEA o la inteligencia mexicana. Teníamos un contacto a través del cual pudimos gestionar una invitación, replica Penn.