Ismael Zambada, el discreto sucesor de «El Chapo» Guzmán

Una mañana en las montañas de Sinaloa, al noroeste de México, Ismael Zambada García, «El Mayo», confesó que el miedo era viajero cotidiano en su vida. «Tengo pánico de que me encierren», le dijo a Julio Scherer García, fundador de la revista semanal Proceso.

– Si lo agarraran, ¿terminaría con su vida?- inquirió el periodista.

– No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, me mataría.

El diálogo ocurrió en 2010. Es hasta ahora el único testimonio directo que se conoce de quien tras la captura de Joaquín Guzmán Loera, «El Chapo», se ha convertido en el líder principal del Cartel de Sinaloa.

Desde esa fecha la organización se convirtió en la más poderosa del negocio del narcotráfico en el continente, con presencia en decenas de países de América, Europa, Asi, Oceanía y África.
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Recientemente, por ejemplo, un operador de «El Mayo» fue detenido en Holanda, y algunos otros han sido detectados en lugares tan lejanos a México como Melbourne, Australia.
El Cartel de Sinaloa opera como una enorme compañía multinacional, y según especialistas en mucho se debe a la influencia de Zambada García, traficante de drogas desde los 16 años (actualmente tiene 66), empresario y padre de una extensa familia.

El miedo a su captura parece justificarse: su hijo mayor, Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, enfrenta un juicio en Estados Unidos. Algunas empresas de su esposa, hijas y algunos colaboradores son investigadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su nombre en inglés) del Departamento del Tesoro estadounidense, e incluso «El Mayo» ha estado a punto de ser capturado por militares en al menos cuatro ocasiones.

Subsidios públicos
Ismael Zambada García nació el 1 de enero de 1948 en la comunidad de El Álamo, municipio de Culiacán, Sinaloa.
Desde adolescente se acercó al negocio del narcotráfico bajo las órdenes de Ernesto Fonseca Carrillo, «Don Neto», quien actualmente está en prisión acusado de participar en el asesinato del agente de la agencia antinarcóticos de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés), Enrique Camarena Salazar.
De acuerdo con algunos especialistas, el sobrenombre de «El
Mayo» era una forma de compararlo con las comunidades de indígenas mayos del noroeste del país.
Fue «Don Neto» quien le acercó a Miguel Ángel Félix Gallardo, «El Jefe de Jefes» o «El Padrino», fundador del Cartel de Guadalajara, la primera gran organización del tráfico de drogas en la historia de México.

Tras la captura de «El Jefe de Jefes» en 1989, Zambada García se convirtió en colaborador de otro personaje considerado mítico, Amado Carrillo Fuentes conocido como «El Señor de los Cielos», quien murió en 1996.

Negocios prósperos
A partir de ese momento empezó el ascenso de «El Mayo»: su compadre «El Chapo» estaba en prisión, y el gobierno mexicano emprendió una cacería de los hermanos Arellano Félix, líderes del cartel rival de Tijuana.

Durante ocho años los carteles de narcotráfico convivieron en una relativa paz dentro de México. En ese lapso, «El Mayo» y su esposa Rosario Niebla Cardoza establecieron varias empresas como la lechería Santa Mónica, que se abastecía de los ranchos ganaderos propiedad de la familia.
También fundaron algunas distribuidoras de ropa, joyería y alimentos para ganado, e incluso establecieron la estancia infantil Niño Feliz para atender gratuitamente a niños de escasos recursos.

La guardería estaba subrogada por el gubernamental Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pero no fue éste el único caso en que la familia de «El Mayo» recibiera recursos públicos:
En 2006 se descubrió que sus hijos estaban inscritos en el Programa de Estímulos a la Productividad Ganadera (Progan), de la Secretaría de Agricultura.

Luego, en 2008, un reporte de OFAC indicó que la organización de Zambada tenía negocios incluso en Ciudad de México, a unas calles del Palacio Nacional que es la sede del gobierno mexicano.

Nada cambia
En la foto más reciente que se conoce de «El Mayo», la que se tomó al final de la plática con el periodista Scherer, aparece con una gorra de beisbolista y luce un bigote similar al de Guzmán Loera.

Pero es de los pocos elementos en que se parecen, pues a diferencia de «El Chapo» el ahora jefe del Cartel de Sinaloa ha mantenido siempre un perfil discreto, con escasas apariciones conocidas que casi siempre ocurren en Mazatlán, donde su compadre fue capturado.
Algunos periodistas de ese balneario suelen contar que hace unos años los meseros de hotel donde Zambada García solía hospedarse se peleaban por atenderlo, pues regalaba propinas de US$100.

Los tiempos cambiaron. En la conversación con el fundador del semanario Proceso «El Mayo» Zambada aseguró que vive en zonas rurales. «El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo», dijo a Scherer.
Hasta ahora no queda claro cómo afectará a la organización a captura de «El Chapo», ni la forma como ejercerá su liderazgo el nuevo líder. Pero especialistas como el escritor José Reveles creen que no habrá muchos cambios pues el Cartel no ha sido desmantelado.

Algo que el mismo Ismael Zambada predijo hace tiempo. «Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió», indicó a Julio Scherer.
– ¿Nada, caído el capo?- preguntó el periodista.

– El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí.

Agencias