Aunque parezca una broma, la verdad es que Joaquín «El Chapo» Guzmán jamás ha sido sentenciado por narcotráfico desde que ha sido capturado. Sin embargo, si es extraditado a Estados Unidos, pudiera enfrentar al menos 14 acusaciones distintas por ese delito, según informa en un reporte especial BBC Mundo.
Con su recaptura, el pasado 8 de enero, Joaquín Guzmán Loera se presenta ante los jueces por tercera vez en su vida. Y enfrenta, de nuevo, los mismos delitos por los que permaneció en la prisión de donde escapó en julio de 2015:
Lavado de dinero, posesión de armas de fuego exclusivas para las fuerzas armadas, delitos contra la salud, cohecho y delincuencia organizada, entre otros.
En los distintos procesos que ha enfrentado desde 1993, cuando fue capturado por primera vez, Guzmán Loera consiguió algunas exoneraciones.
Pero hay un delito por el que nunca ha sido sentenciado: narcotráfico. La acusación se introduce de nuevo, aunque el escenario es distinto para el capo.
A diferencia de años anteriores, ahora el gobierno mexicano está dispuesto a extraditarlo a Estados Unidos para que sea juzgado en sus cortes.
Allá enfrenta por lo menos 14 acusaciones distintas por ese delito. Si la extradición procede, El Chapo podría ser encarcelado por cometer el delito de narcotráfico.
Por primera vez en su vida.
Entonces, ¿por qué la PGR no ha logrado que se sentencie a El Chapo por narcotráfico?
«Por ineficiencia y corrupción en el sistema judicial del país», le dice a BBC Mundo Francisco Jiménez Reynoso, investigador de la Universidad de Guadalajara, en México.
«Un hombre con mucho dinero capaz de corromper autoridades en los tres niveles de gobierno, se conjuga con un sistema corrupto en materia jurisdiccional», añade.
«Es la explicación más clara y contundente».
La considerable fortuna de El Chapo le permitió comprar privilegios indebidos en sus dos etapas en las prisiones de máxima seguridad de las que ha escapado.
En la cárcel de El Altiplano, de la que se fugó en julio de 2015, se le asignaron espacios de visita familiar y de sus abogados de los que tenía derecho.
También se le permitió quedarse en la misma celda durante año y medio, algo irregular pues todos los internos deben cambiar de espacio frecuentemente.
Esto le permitió organizar su fuga, según las investigaciones de la PGR, y ahora que fue enviado a la misma prisión la situación será distinta, afirman las autoridades.
Y es que Guzmán Loera suele utilizar su fortuna y el poder de su organización para conseguir privilegios, como ocurrió en los 9 años que permaneció en la cárcel de Puente Grande, Jalisco, donde organizaba grandes fiestas en su celda.
De hecho, quien fuera jefe de seguridad de esa prisión, Dámaso López Núñez, se convirtió en uno de los principales jefes del Cartel de Sinaloa.
A uno de sus hijos, Dámaso López Serrano, conocido como «El Mini Licenciado», se lo considera el eventual sucesor de El Chapo.
Pero no es sólo el dinero lo que ha permitido a El Chapo evadir las sentencias por narcotráfico.
René Jiménez Ornelas, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirma que la información del capo ha sido fundamental para escapar dos veces.
«Qué no sabe de funcionarios mexicanos, de Centroamérica y los países sudamericanos donde ha estado, y qué no sabe también de funcionarios estadunidenses», añade.