Las autoridades sanitarias escocesas impusieron hoy un cordón de seguridad alrededor de una granja en el condado de Fife tras detectarse varios casos de gripe aviar y ordenaron el sacrificio de todas las aves de la explotación.
La Agencia de Protección Sanitaria ha confirmado el establecimiento de un área de aislamiento de un kilómetro a la redonda, al tiempo que se ha restringido el transporte de animales en la zona, si bien se considera que la cepa del virus identificada «es de bajo nivel patógeno».
Por su parte, la veterinaria jefe de la región, Sheila Voas, dijo que la cepa H5 hallada en algunas aves se analizará en el laboratorio para comprobar su virulencia.
«Las pruebas indican que se trata de una forma del virus de baja intensidad, pero estamos tomando medidas para asegurarnos de que la enfermedad no se extiende y se convierte en una forma más agresiva», declaró.
Voas pidió a los granjeros que estén atentos a cualquier posible caso del virus y eleven los controles sanitarios en sus fincas.
El asesor de epidemias e infecciones respiratorias de la Agencia de Protección Sanitaria, Jim McMenamin, subrayó que el riesgo para las personas es «muy bajo».
«En base a lo que conocemos sobre esta cepa de gripe aviar y las medidas que se han tomado, el riesgo para la salud humana en este caso se considera muy bajo», afirmó este doctor.