Un ciego que perdió la visión en un accidente en el Reino Unido ha recobrado la vista a través de un extraño procedimiento médico por el que le implantaron uno de sus dientes en un ojo.
Ian Tibbetts, de 43 años y padre de dos hijos, perdió la vista en su juventud tras un accidente en el que un trozo de metal le atravesó los ojos. El británico ha permanecido ciego durante casi la mitad de su vida: el nacimiento de sus hijos gemelos y otros acontecimientos clave de su vida los vivió en completa oscuridad.
Tras agotar todos los recursos para recuperar la visión, el británico se atrevió a someterse a una compleja operación que podría parecer increíble: le han fabricado un implante ocular basado en uno de sus dientes.
La operación en sí misma parece propia de la ciencia-ficción. La técnica, conocida como osteo-odonto-queratoprótesis, fue creada en 1963 por un cirujano oftalmológico italiano, Benedetto Strampelli, para reemplazar córneas dañadas, y consiste en utilizar la raíz y el hueso alveolar del diente del paciente para sostener un cilindro óptico.
Un procedimiento complejo que requiere de insertar una lente de plástico en un agujero practicado en el diente. La lente se implanta en el ojo, que no rechaza el trasplante porque está elaborado con material del cuerpo del propio paciente.