Miles de emigrantes han sido invitados a orar con el papa Francisco y a cruzar la «puerta santa» de la basílica de San Pedro con ocasión de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que se celebrará el 17 de enero, anunció el viernes la fundación católica Migrantes.
Los emigrantes llevarán hasta el Vaticano la cruz de Lampedusa, una obra realizada con madera de barcos de migrantes, la cual fue bendecida por Francisco en 2014 durante su visita a la isla italiana, emblema del drama de aquellos que arriesgan la vida para atravesar el Mediterráneo en busca de una vida nueva.
Una vez dentro de la basílica, los emigrantes, en general provenientes de África que huyen del hambre y las guerras, asistirán a una misa celebrada por el cardenal italiano Antonio María Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes.
Las hostias que serán empleadas para la comunión han sido fabricadas por tres reclusos que cumplen condenas por asesinato en la prisión de alta seguridad de Opera, en Milán (norte).
«Las obleas, que nacen de manos que mataron y que se dedican a San Pedro, testifican el amor de Cristo salva a todos los hombres y no sólo a los que cumplen una pena de prisión», explicó Migrantes en un comunicado.