El presidente de Francia, François Hollande, homenajeó a las 17 víctimas de los ataques islamistas del pasado enero contra la revista satírica Charlie Hebdo, un supermercado kosher y un agente de policía. El mandatario desveló placas en distintos puntos de París para recordar los atentados que marcaron el inicio de un año convulso.
Los actos del martes coinciden con la publicación de un número especial de Charlie Hebdo con caricaturas obscenas y ofensivas, con los artistas que sobrevivieron al ataque y columnistas jactándose de su libertad para satirizar a todo el mundo, desde fundamentalistas islámicos a niños, políticos o sacerdotes católicos.
Las familias de las víctimas se unieron a Hollande y a otros mandatarios cerca del edificio en el que el personal de Charlie Hebdo celebraba una reunión editorial el pasado 7 de enero de 2015 cuando dos hermanos fuertemente armados entraron en las oficinas y mataron a 11 personas. La inscripción de la placa dice: «A la memoria de las víctimas del ataque terrorista contra la libertad de expresión».
Después homenajearon a un policía asesinado mientras perseguía a los agresores, que se dieron a la fuga. En la acera, pintado con espray, había un mensaje de apoyo al agente musulmán que decía «Je suis Ahmed» («Yo soy Ahmed») en rojo, blanco y azul, los colores de la bandera francesa.
Tras los ataques, gentes de todo el mundo adoptaron la expresión «Je suis Charlie» para manifestar su solidaridad con los periodistas, atacados por las caricaturas del profeta Mahoma publicadas por la revista.
Hollande recordó después a las cuatro personas fallecidas en un ataque a un supermercado kosher, que revivió los temores a un ataque antisemita en la nación con la comunidad judía más grande de Europa.
El presidente galo se reunió brevemente con algunos de las personas que estuvieron dentro del comercio durante el ataque.
La placa del Charlie Hebdo fue cubierta de inmediato cuando las autoridades descubrieron un error en la escritura del nombre de uno de los fallecidos, el caricaturista Georges Wolinski. La cortina negra volvió a retirarse poco después y se prepara una nueva placa para el lugar.
El proximo sábado, Hollande desvelará otra placa en recuerdo de la agente de policía Clarissa Jean-Philippe, que fue asesinada por uno de los atacantes el 8 de enero en el suburbio de Montrouge, en el sur de París.
La edición especial de Charlie Hebdo acusa a los fundamentalistas islámicos, a la religión organizada, a un gobierno indeciso y al fracaso de la inteligencia de la violencia registrada en Francia durante el año pasado.
La viuda de un guardaespaldas asesinado en la sede de la revista dijo el martes a la radio RTL que quiere que se investiguen las medidas de seguridad en las oficinas del medio.
Ingrid Brinsolaro explicó que su esposo «vio disfunciones» y falta de seguridad en la oficina atacada y que «era imposible hacer su trabajo correctamente en esas condiciones».
La viuda de Wolinski dijo a la radio France Info que se «enfadaba cada vez más» por las brechas de seguridad. Marise Wolinski explicó que al entrada de la revista debía haber sido «bunquerizada».
El ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, explicó que está abierto a la idea de una investigación, pero defendió los esfuerzos del gobierno para garantizar la seguridad. En declaraciones también a RTL, recordó que las autoridades han desmantelado 18 redes de reclutamiento, arrestaron a 11 grupos que planeaban ataques y frustraron seis de ellos desde la pasada primavera.
El país sigue en estado de emergencia tras los ataques del pasado 13 de noviembre en París en los que murieron 130 personas. Para los actos del martes se ordenaron medidas de seguridad extraordinarias.