Con todo tipo de juegos pirotécnicos fue despedido el 2015 para dar la bienvenida el 2016. Todos los barrios de la capital fueron silenciados por los estruendos y alborotos que eran provocados por los pobladores y la pólvora que estos quemaban, diciéndole adiós al año viejo, no sin antes agradecerle por las cosas buenas, malas y las experiencias vividas durante este periodo que recién concluye.
Nacionales y extranjeros se dieron cita para este ya acostumbrado evento de la quema de pólvora, donde es imposible que falte el famoso viejo, que representa el año que se termina.
Según pobladores de diversos barrios capitalinos, el 2015 fue provechoso y bendecido; a pesar que no todo fue color de rosa, las experiencias que se vivieron fueron de gran importancia, pues para muchos sin duda les ha ayudado a crecer; tal es el ejemplo de José Cárcamo, habitante del barrio Santa Ana, uno de los principales quemadores de pólvora del barrio. La mayoría de habitantes de este barrio llegan a la calle de la casa de José, para ver el espectáculo que tiene preparado en conjunto con su familia para despedir el año viejo, distraerse, disfrutar y por supuesto recibir en familia el año nuevo.
Los niños tampoco se quedan atrás en esta tradición, oportunidad que ellos también aprovechan para meditar en las cosas que han pasado y por supuesto el sinnúmero de cosas que aun están por venir.
Sin duda alguna el 2015 dejó emociones, enojos, lágrimas y algunas metas que por algún motivo no se pudieron cumplir, es por eso que en este 2016 tenemos tiempo suficiente para remediar los errores y cumplir esos objetivos que tenemos aún guardados.