De un laboratorio universitario de química ha salido una técnica que permite saber si la huella dactilar dejada por una persona sobre una superficie pertenece a un hombre o a una mujer. Algo que puede ayudar mucho a descartar sospechosos en el caso de investigaciones criminales y que supone un paso más en el aprovechamiento forense de este método de identificación que no cae en desuso, a pesar de que se utiliza desde hace más de un siglo.
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La técnica se basa en datos bien conocidos sobre que el sudor femenino presenta unos niveles de aminoácidos que casi duplican los del sudor masculino, además de una distribución ligeramente distinta debida en su mayor parte a diferencias hormonales, informa la Universidad de Nueva York en Albany. Cuando alguien deja su huella también deja sus aminoácidos y la nueva técnica los extrae de forma sencilla transfiriéndolos a una lámina plástica que luego se calienta para que pasen a una solución (son solubles en agua) en la que se pueden medir.
Los investigadores en bioquímica forense, liderados por el checo Jan Halámek, han probado el método con huellas dejadas por tres mujeres en cinco superficies distintas, como un picaporte o un ordenador, y han obtenido un 99% de fiabilidad, explican en la revista Analytical Chemistry, donde publican los resultados.
Uno de los objetivos más importantes de este proyecto fue avanzar en el análisis del contenido químico de la huella dactilar, en vez de basarse solamente en su imagen, que es como se han tratado hasta ahora, señala Halámek. No queremos competir con el análisis genético ni como las bases de datos utilizadas para identificación, sino que pretendemos encontrar las diferencias entre grupos demográficos y, sobre todo, aprovechar huellas dactilares que están deformadas o manchadas o que no se sabe a quién pertenecen.