Dentro de una antigua chocolatería, en medio del campo y a una hora de Ottawa, Chuck Rifici cultiva cannabis. Proveedor autorizado por el gobierno, tiene grandes ambiciones.
Su pequeña empresa, Tweed Inc, se beneficia de una nueva ley que a partir del 1 de abril prohibirá a los particulares tener plantas para atender sus tratamientos médicos y promoverá la producción a gran escala en invernaderos.
Tweed es una de las seis empresas que obtuvo un concesión del gobierno y pronto será la primera del sector en cotizar en bolsa.
Los primeros clientes ya hicieron sus pedidos de la futura producción, que comenzará a ser vendida entre 4 y 12 dólares el gramo.
Con una zafra inicial de entre 50 y 100 kg cada dos meses, Tweed Inc tiene previsto alcanzar rápidamente su cuota de 15 toneladas al año.
Canadá autorizó en 1999 el uso de cannabis con fines medicinales y más de 37.000 canadienses tienen receta para comprarlo. El perfil de ese consumidor es el de un cuarentón que fuma alrededor de 10 gramos diarios.
Las seis empresas autorizadas hasta ahora están orientadas al mercado interno, pero algunas ya piensan en exportar o tienen acuerdos con socios extranjeros, como es el caso de Bedrogan Canada y su contraparte holandesa, especializada en la venta de cannabis para uso medicinal.
Dennis Staples, el alcalde de Smiths Falls, reconoce que sin la instalación de Tweed «la fábrica habría sido destruida y el pueblo hubiera perdido toda su capacidad industrial».
Smiths Falls podría tener ahora su primera empresa que cotiza en bolsa. Pero, dado el rubro de actividad, Tweed tiene prohibido hacer publicidad, lo que no es ideal para vender acciones entre el gran público y obtener fondos para crecer.
SMITHS FALLS, (AFP)