Investigadores en Moscú dijeron el lunes que no han podido retirar la información de las cajas negras dañadas en el derribo del avión de guerra ruso por parte de fuerzas turcas el mes pasado, datos que el Kremlin esperaba que apoyaran su versión sobre los hechos.
El Ministerio de Defensa abrió públicamente la grabadora la semana pasada, esperando que el contenido confirmara la versión de Moscú que el avión caza no entró en el espacio aéreo de Turquía y fue derribado maliciosamente.
«Recoger la información del vuelo y leerla (…) ha probado ser imposible debido al daño interno», dijo Sergei Bainetov, vicedirector de las Fuerzas Aéreas rusas.
Bainetov dijo que 13 de los 16 microchips de la grabadora habían sido destruidos y los tres restantes estaban dañados.
El Ministerio de Defensa ahora acudirá a instituciones científicas con la esperanza de poder obtener algo de información de los chips dañados, dijo y agregó que era un proceso incierto que probablemente tome «mucho tiempo».
El derribo del caza SU-24 por cazas turcos el 24 de noviembre supuso la confrontación más seria entre Moscú y un miembro de la OTAN en los últimos 50 años.
El presidente ruso, Vladimir Putin, acusó a Ankara de «apuñalar por la espalda a Rusia» y ordenó una serie de sanciones económicas de represalia contra Turquía.