Por segunda vez en dos semanas, Pekín decretó este viernes la «alerta roja» por contaminación ambiental, en previsión de un nuevo episodio de contaminación por partículas finas.
La oficina municipal encargada del medioambiente ordenó el cierre de fábricas y la aplicación a partir del sábado de la circulación alternada para los vehículos privados, entre otras medidas, para limitar el alcance de este nuevo episodio de contaminación.
La alerta roja estará en vigor del sábado al martes, según una nota publicada en la página web de la Oficina de Protección Medioambiental de Pekín.
Este viernes por la tarde, el cielo era todavía de un azul límpido en la capital china.
Las autoridades aplicaron una primera alerta roja por contaminación ambiental el 7 de diciembre, días después de ser criticadas por su respuesta insuficiente a un episodio grave de «smog» al comienzo del mes.
En plena conferencia internacional del clima en París, la alerta roja en Pekín dejó en evidencia la gravedad de la situación en China, primer emisor mundial de CO2, uno de los principales gases responsables del efecto invernadero.
La medida, inédita, traduce según muchos expertos una toma de conciencia por parte de las autoridades de la importancia del fenómeno a nivel sanitario y para la imagen de la capital china.
Este viernes, el portavoz de la diplomacia china, Hong Lei, dijo así que Pekín estaba «trabajando firmemente sobre el tema» y tomando «las medidas necesarias».