El próximo presidente del gobierno de España podría ser un joven profesor universitario con coleta, o quizá un abogado con chaqueta de cuero que una vez posó desnudo para los carteles de campaña. Ambos candidatos demuestran lo mucho que ha cambiado la política española en los cuatro años desde las últimas elecciones generales.
Una severa crisis económica, un desempleo aplastante y una incesante serie de casos de corrupción han alejado a muchos españoles de los formales políticos de carrera que dirigen los partidos tradicionales de izquierda y derecha que se han alternado en el poder durante décadas.
A continuación, un vistazo a los cuatro candidatos que compiten por convertirse en el próximo presidente del gobierno español.
MARIANO RAJOY
Con 60 años, el actual presidente es el candidato de más edad y el único que ha estado en el gobierno.
Fue designado para hacerse cargo del gobernante partido de centro derecha Partido Popular en 2003 por el entonces presidente José María Aznar. Alto, con barba gris y anteojos, Rajoy ve su capacidad de liderazgo cuestionada de forma habitual. Perdió dos elecciones ante los socialistas, pero su perseverancia dio resultados cuando ganó las últimas, en 2011, con una gran mayoría.
Su principal éxito como presidente ha sido sacar a España del abismo económico y devolverlo al crecimiento. Pero las medidas de austeridad y las reformas laborales y financieras que le ayudaron a hacer eso, junto con su incapacidad para crear los 3 millones de empleos que prometió, han dañado su popularidad. También su decisión de subir los impuestos tras asumir el cargo en 2012, pese a sus reiteradas promesas durante la campaña en 2011 de que no lo haría.
También la implicación de muchos miembros actuales y antiguos del partido en escándalos de corrupción ha dañado su imagen.
Estrecho aliado de la Iglesia católica, Rajoy se ha alineado con la postura eclesiástica en el aborto, la eutanasia y la educación religiosa en escuelas públicas. También ha pedido más controles de inmigración y provocó críticas en 2007 cuando rechazó la amenaza de cambio climática como exagerada.
PEDRO SÁNCHEZ
Sánchez, de 43 años, era un desconocido para la mayoría de los españoles hasta que fue elegido como secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el principal grupo opositor, en 2014. Exprofesor universitario de economía, se sumó al partido en 1993 y se convirtió en concejal de Madrid en 2004 y después en diputado en 2009. Trabajó como asesor del partido en el Parlamento Europeo y en la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidos para Bosnia durante la guerra en Kosovo.
El exjugador de baloncesto es más alto que la mayoría de sus colegas. También destaca por tener un dominio del inglés y el francés, algo poco habitual entre los líderes políticos españoles, criticados a menudo por su desconocimiento de idiomas.
Aunque Sánchez ha ayudado a unir su partido desde que la formación perdió el gobierno en una gran derrota en 2011, pasa la mayor parte de su tiempo defendiéndose de críticas contra las políticas de sus predecesores. Pero aunque su imagen de persona decente ha ayudado a los socialistas, a menudo le falta garra política, lo que probablemente explica por qué su partido sigue en segundo lugar pero 8 puntos por detrás de los conservadores en el gobierno en una reciente encuesta oficial de prestigio.
El líder socialista ha prometido revocar varias leyes del PP, incluidas una laboral que facilita el despido y la contratación de trabajadores y la llamada «Ley Mordaza» que impone duras multas para algunas protestas y permite a las autoridades multar a los que distribuyan imágenes no autorizadas de la policía.
También está a favor de las negociaciones para reformar la estructura de gobierno regional española para intentar convencer a los nacionalistas catalanes de que abandonen su campaña de separarse de España.
ALBERT RIVERA
Rivera, de 36 años, es la estrella en alza de la política española y el considerado con más opciones de superar a Rajoy y Sánchez para llegar al gobierno. Nacido en Barcelona, su popularidad se disparó en la región en torno a Cataluña debido principalmente a la capacidad de su partido Ciudadanos de unir a los que se oponen a la campaña independentista catalana.
Entró en la carrera nacional hace apenas un año y su mezcla de centrismo, políticas favorables a los negocios y su cruzada declarada contra la corrupción han convencido a muchos, especialmente entre los jóvenes profesionales.
La última entrega del prestigioso sondeo oficial del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) antes de las elecciones le situaba como el líder de partido más respetado de España.
Campeón universitario de debates, Rivera es fotogénico y hábil con los medios, y responde preguntas sobre cualquier tema imaginable con facilitad y decisión. Es republicano, aunque respeta a la monarquía, y dice representar a una nueva generación centrista cansada de las ideologías de izquierda y derecha.
Sin embargo, algunos temen que su vaguedad en algunos temas como la política económica, la devolución de competencias regionales, migración y violencia doméstica oculten un lobo de derechas bajo el pelaje de un cordero.
PABLO IGLESIAS
Iglesias, líder de Podemos, es un profesor de ciencias políticas y la persona que ha causado el mayor revuelo en la escena política española en los últimos años. Se convirtió en un nombre conocido por sí mismo antes de la formación del partido, debido sobre todo a su retórica tranquila pero afilada en las tertulias más populares de la televisión española, donde arremetía contra las políticas del gobierno conservador e hizo sombra a rivales políticos y de los medios.
Amigo y partidario del primer ministro griego Alexis Tsipras, también respaldó políticas de gobiernos izquierdistas de Venezuela, Bolivia y Ecuador.
Podemos tiene sus raíces en las protestas callejeras de Madrid en 2011, cuando gente cansada de la corrupción política y empresarial exigió una democracia mejor y más justa. El partido sorprendió a la clase política española cuando ganó cinco escaños en las elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2014, apenas cuatro meses después de su formación.
Algunos sondeos de opinión del año pasado sugerían que Iglesias podría ganar las próximas elecciones, pero su atractivo se ha desvanecido sobre todo debido a que algunos consideran que se repite e incluso que se suavizado su mensaje político contra la clase dirigente, así como por la impresión de que pretende imponer su punto de vista a otros miembros del partido.
Las elecciones generales son el próximo 20 de diciembre.