La aspirante presidencial colombiana por el partido izquierdista Unión Patriótica (UP), Aída Avella, reiteró que fue víctima de amenazas a comienzos de febrero e invitó al diálogo a sus presuntos perpetradores, en un foro realizado este jueves en Bogotá.
«He invitado a los que me amenazan a que den la cara. ¿Qué les incomoda de lo que yo digo? (…) Nosotros (los miembros de la UP) estamos dispuestos a hablar con ellos», aseguró la candidata durante un encuentro organizado por una universidad de la capital colombiana.
«Nosotros acabamos de rescatar una personería jurídica de hace muchísimos años, que estaba suspendida. Después de que nos mataron, nos quitaron la personería jurídica. Y a los que quedamos, entonces nos vuelven a amenazar», afirmó Avella en referencia a su partido.
La candidata presidencial regresó a Colombia en 2013, después de permanecer en el exilio durante 17 años, tras haber sobrevivido a un atentado en su contra.
La UP nació en la década de los años 1980, como consecuencia de negociaciones de paz realizadas durante el mandato del presidente Belisario Betancur con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).
Ese proceso de paz fracasó y cerca de 3.000 de sus simpatizantes, militantes y dirigentes, entre estos dos aspirantes presidenciales, fueron asesinados a finales de los años 1980 y principios de los 1990.
La semana pasada, Avella recibió amenazas de muerte por parte de bandas criminales junto con otros líderes de izquierda, como el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien perteneció a la guerrilla M-19.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ordenó investigar las amenazas contra Avella y los otros dirigentes, a la vez que pidió reforzar sus esquemas de seguridad.
Sin embargo, Avella aseguró que «este no es un problema de escoltas, ni es un problema de carros blindados. Es un problema de voluntad política».
El gobierno de Santos comenzó en noviembre de 2012 unos diálogos de paz en Cuba con la guerrilla de las FARC, la más antigua de América Latina, con casi 50 años y que cuenta con entre 7.000 y 8.000 combatientes en sus filas.
BOGOTÁ, (AFP)