La tranquilidad que se respiraba en la zona de Nueva Guinea se vio interrumpida cuando una mujer murió de tres impactos de bala, supuestamente por su ex cónyuge.
El victimario también se propinó un balazo a la cabeza, donde de inmediato fue remitido al hospital Jacinto Hernández y ahora se debate entre la vida y la muerte. Además lesionó de gravedad a una menor, sobrina de la hoy fallecida.
Hombres y mujeres repudian este hecho que como siempre dejan dolor y tristeza. Por eso hay que romper el silencio y seguir denunciando a los agresores, pues solo así las autoridades se encargarán de aplicar la justicia y evitar la ola de feminicidio.
Janeth Oporta Vásquez