Las travesuras de un niño de 7 años, dejó con el Jesús en la boca a sus familiares, cuando el cipotito jugaba con unos cerillos o mejor dicho una cajetilla de fósforos, y por accidente terminó prendiendo en llamas una cama y objetos que se encontraban dentro del cuarto de una vivienda.
Familiares dijeron que solo fueron minutos los cuales dejaron sin supervisión al chiquillo, pero que esos minutitos, casi les cuesta la vivienda, ya que también se quemaron dos tinas de ropa sucia, las cuales son de propagación rápida, pero gracias al apoyo de los vecinos que se pusieron las pilas, sacaron todas las pertenencias a la calle y luego apagaron el fuego.
Miembros de la dirección general de bomberos, llegaron al lugar para deshabilitar la energía eléctrica y de esta manera verificar que la situación estuviera bajo control.
Este suceso tuvo lugar en el barrio Georgino Andrade del ceibón 3 cuadras hacia el este.
Gerardo Reyes