Un juzgado Cañete, una provincia de Perú, prohibió la realización del llamado Festival del Curruñau, una fiesta popular que homenajea a la santa etíope Efigenia en la que los habitantes mataban desde años atrás gatos y se los comían.
El juzgado atendió la acción de amparo que presentó el Colegio de Abogados de Lima (CAL) que, a su vez, había actuado por pedido de organizaciones defensoras de los animales.
La presidenta de la Comisión de Estudio de los Derechos de los Animales del CAL, Sonia Córdova, informó que durante las diligencias comprobaron la crueldad a que eran sometidos los gatos. "En el Festival del Curruñau se torturaba y petardeaba a los gatos antes de ser degustados", afirmó.
Además de ingerir carne de gatos, el fallo prohíbe la realización de la peculiar carrera de estos felinos que incluía el uso de fuegos artificiales. El Festival "fomenta la violencia (…) y causa un grave daño social y a la salud pública", manifestó la jueza María Luyo Sánchez.