Javier González es un ejemplo del coraje, esfuerzo y perseverancia que distingue a los nicaragüenses. Un joven nacido en el seno de una familia campesina, originaria de El Rama, quien ahora orgullosamente reside en Finlandia, como cocinero profesional al lado de su esposa e hijos.
De niño vendía pan, caramelos, ordeñaba vacas y rozaba montes, para ayudar a su madre con la manutención de la familia de ocho hermanos. Nunca conoció a su padre.
Unos cooperantes finlandeses simpatizaron con el jovencito, en 1994 lo invitaron a vivir con ellos en Managua. El esforzado chavalo terminó la primaria acelerada y estudió al mismo tiempo finés, con el auxilio de un diccionario, logrando en corto tiempo un buen dominio de la lengua fino-úgrica, preparándose para ingresar a un instituto politécnico, los cooperantes regresaron a Finlandia en 1997, llevando con ellos a Javier.
En 2000, el decidido joven obtuvo su título de cocinero profesional, egresado del Mäntsälä Ammattikoulu (Instituto Técnico Vocacional de Mäntsälä), a 25 kilómetros de Järvenpää. Trabajaba y estudiaba al mismo tiempo, sabía que era mi oportunidad y no podía desperdiciarla, recuerda Javier.
A su lado la finlandesa Janni, su esposa, también egresada del Mäntsälä Ammattikoulu, quien se encuentra alegremente en estado de embarazo y les acompaña Daniel, su hijo mayor. En su casa muestran a sus amigos y visitantes cada pieza de artesanía nica, con esa nobleza y camaradería propia del campesino nicaragüense y prepara rosquillas, tortillas y otros deliciosos platillos pinoleros.
Actualmente Javier y su esposa tienen planes de formar a sus hijos y crear un restaurante de comidas nicaragüense-finlandesa.
El joven a pesar de la distancia nunca perdió sus raíces y se ha mantenido en constante comunicación con amigos y familiares de su hermosa Nicaragua, tierra que lo vio nacer.a
Donde uno esté, haga lo que haga, triunfe o no, tiene que amar a su patria, con todas sus fuerzas, hasta siempre. Expresó, el teustepeño en Järvenpää, Finlandia, Orgullo de mi país.