Bastó con que la aplicación Uber diera un primer paso tendiente a instalarse en Uruguay, para que una andanada de críticas y amenazas de gobernantes y empresarios cayera sobre los interesados en trabajar con ese sistema que permite contratar servicios de transporte a través del teléfono celular.
Los conductores que presten sus automóviles para transportar personas a través de Uber cometerán la misma infracción que quienes hoy tienen «taxis truchos (ilegales)», una situación que «hoy se fiscaliza y se sanciona con multas, llegando hasta el retiro de las matrículas de los vehículos», dijo Marcelo Metediera, director de Tránsito y Transporte de la Intendencia de Canelones, el segundo municipio en importancia del país, en declaraciones publicadas el jueves en el portal oficial de ese distrito.
Su colega de Montevideo, Beatriz Tabacco, calificó de «ilegal» el sistema, en declaraciones realizadas al semanario Búsqueda.
También Oscar Dourado, presidente de la gremial de propietarios de taxis, hizo fuertes declaraciones contra la aplicación. «Uber es la ley de la selva. ¿Queremos estar en el África, donde no hay reglas de juego?», dijo a radio El Espectador.
El 29 de octubre, a través de su cuenta en Twitter, Uber convocó a uruguayos interesados en registrarse como conductores y trabajar para esa plataforma. Uber permite que los interesados en movilizarse contacten mediante su teléfono a un chofer dispuesto a llevarlo, evitando el sistema tradicional de transporte.
Unos 3.000 uruguayos se mostraron interesados en trabajar como choferes del sistema, dijeron voceros de la compañía a la prensa.
La compañía tiene sede en San Francisco y ha enfrentado críticas, protestas y prohibiciones en otros sitios donde ha pretendido instalarse. Según la cuenta en Twitter abierta para su operativa en Uruguay, Uber trabaja en 342 ciudades de 61 países.
MONTEVIDEO, Uruguay (AP)