Los narcotraficantes asestan un golpe mortal a los bosques de Centroamérica

La demanda de cocaína en EE.UU. provoca la deforestación de los bosques tropicales en Centroamérica, donde los ‘narcobarones’ buscan nuevas rutas para enviar la droga y ampliar los ranchos de ganado con los que lavan sus ganancias, según un estudio.

La investigadora destacó como un fenómeno nuevo la proliferación de las operaciones de contrabando con base en América Central, a raíz de la lucha contra los traficantes desplegada por el Gobierno mexicano.

A medida que los señores de la droga se trasladan a las tierras fronterizas de Guatemala y Honduras, en los territorios de estos países se talan bosques para acondicionar pistas de aterrizaje para aviones cargados de cocaína. También se construyen carreteras para transportar ‘la mercancía’ hacia el norte, sostienen la científica y sus colegas en su estudio publicado este jueves en la revista ‘Science’.

Según McSweeney, ella y sus colegas han desvelado que las tasas de deforestación se cuadruplicaron entre 2007 y 2011 en Honduras, lo que coincide con el período de incremento del tráfico de cocaína a través de este país.

¿Legalizar es la solución?
McSweeney y sus colegas apoyan el abandono de la política de perseguir a los traficantes de drogas para centrarse en luchar contra la demanda.

«Cuanto más dinero y más armas se invierten en el tráfico [de drogas], mayores son los ingresos de las personas que integran la red», explicó. «Así que, mientras la atención se centra en el tráfico, los beneficios que obtienen los traficantes aumentan. Y estos beneficios son lo que financia la deforestación mediante el lavado de dinero. Eso es lo que financia la corrupción», asegura Bruce Bagley, experto en relaciones entre Estados Unidos y América Latina de la Universidad de Miami, Florida.

Experimentos con la legalización de drogas ya están en marcha en todas las Américas, incluyendo la legalización de la marihuana en Colorado y Washington en EE.UU. y en Uruguay en América del Sur. En otros países de América Latina, como Colombia, la posesión de dosis de drogas para el consumo personal está despenalizada.

AGENCIAS