Miles de empleados de todas las instituciones públicas de República Dominicana iniciaron el viernes una jornada nacional de fumigación y eliminación de criaderos de mosquitos para hacer frente al peor brote de dengue de los últimos años, que ha causado unas 100 muertes.
«Al margen de credos y de partidos políticos ahora la lucha es contra el dengue», dijo la ministra de Salud, Altagracia Guzmán, en la ceremonia con la que comenzó el operativo en la estación central de bomberos.
Diversas brigadas comenzaron a fumigar los barrios y zonas marginales donde se ha detectado la mayor incidencia de la enfermedad, que es transmitida mediante la picadura del mosquito aedes aegypti.
Empleados de las instituciones púbicas, militares y bomberos recorren los barrios para limpiar las calles y recolectar todos los recipientes con agua estancada que puedan alojar criaderos del mosquito.
Debido a que el mosquito se reproduce en estas aguas, cualquier recipiente, desde un florero a una cisterna, puede eventualmente convertirse en un criadero.
Roberto Salcedo, alcalde de la capital, explicó que las brigadas que recorrerán la ciudad se organizan en las 16 estaciones de bomberos de Santo Domingo.
En el programa también participan estudiantes de medicina, que visitarán casa por casa para informar a la población sobre medidas preventivas y la detección del dengue, así como para aplicar larvicidas en los recipientes de agua.
La jornada de dos días fue organizada por disposición del poder Ejecutivo ante del incremento de muertes debido a la enfermedad, especialmente de niños, y su propagación por todo el país.
Estadísticas del ministerio de Salud muestran que hasta el 10 de octubre se habían registrado 97 muertes, mientras la prensa difunde a diario el deceso de nuevas víctimas, como el presentador de televisión Juan Luis Reynoso, de 16 años.
El número de muertes registradas en lo que va del año duplica al reportado en el mismo periodo del 2014. Además de los decesos, el ministerio de Salud había contabilizado unos 8.500 casos, de los cuales unos 830 eran graves.
SANTO DOMINGO, República Dominicana (AP)