Los científicos dicen haber detectado cantidades significativas de oxígeno molecular procedente de un cometa, un hallazgo inesperado que podría incidir sobre la búsqueda de vida extraterrestre y contribuir a la comprensión de los orígenes del sistema solar.
Los átomos de oxígeno son abundantes en todo el universo, pero por su forma de reaccionar tan fácilmente con otros elementos, rara vez se les encuentra en la forma molecular conocida como O2. Los expertos suponían que casi todo el oxígeno en un cometa aparecería en forma de agua (H2O), monóxido de carbono (CO) o anhídrido carbónico (CO2).
Pero con el instrumental de la sonda espacial europea Rosetta, los investigadores pudieron demostrar la existencia de grandes cantidades de O2 en la nube de gas, o coma, en torno del cometa designado 67P/Churyumov-Gerasimenko.
«Es el descubrimiento más sorprendente que hemos hecho hasta ahora en el 67P porque el oxígeno no figuraba entre las moléculas que se esperaban en un coma cometario», dio Kathril Altwegg, coautora del estudio publicado el miércoles en la revista Nature.
Andre Bieler, investigador de la Universidad de Michigan que contribuyó al estudio, dijo que el nivel constante de oxígeno molecular observado en la nube de gas indica que fue atrapado antes de que el cometa se formara y que ha permanecido allí, intacto, desde los primeros días del sistema solar hace unos 4.600 millones de años.
Altwegg afirmó que el proceso por el cual el oxígeno molecular penetró en el cometa cuestiona algunas teorías acerca de la formación del sistema solar, teorías que suponen que toda la materia estaba a gran temperatura y que después se enfrió. Ese proceso habría producido la pérdida del oxígeno molecular.
Agregó que el hallazgo podría tener también implicaciones para la búsqueda de vida extraterrestre. Muchos científicos han supuesto que la presencia de oxígeno y metano es buen indicio de vida debido a que esas moléculas son un producto derivado de las formas de vida primitivas.
Pero la abundancia de ambas en el cometa 67P sugiere que esas dos moléculas solamente no deberían ser tomadas automáticamente como evidencia de vida, advitió Altwegg.
Sara Seager, profesora de ciencias planetarias en el Instituto Tecnológico de Massachusetts que no participó en la investigación, dijo que las conclusiones eran «un llamado de atención» debido a que el O2 ha estado desde hace tiempo en primera fila en la lista de moléculas buscadas por los científicos en la esperanza de hallar evidencias de vida en otros planetas.
BERLÍN (AP)