Autoridades del Ministerio de Salud recibieron una llamada a las instalaciones del centro Conchita Palacios donde había producto alimenticio en la propia via pública, producto del desaseo de un hombre con descendencia asiática.
El «chinito» identificado como Ping Qu es el dueño de todo este producto que no cumple con las normativas de salud y viola principalmente las normativas de etiqueta, pues todo el producto está en idioma chino cuando el consumidor debe tener conocimiento de la fechas de vencimiento en el idioma natal.
El asiatico alquilaba un cuarto en el barrio Largaespada en la propiedad de María Eugenia Salmerón, quien lo desalojó por mala paga de este chinito bandidito.
Ampliación de la noticia más adelante.
Lenin Franco