La expulsión de las transnacionales que dañan el medio ambiente y la creación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática son dos de las conclusiones de la II Conferencia Mundial de los Pueblos que cerró el lunes en Bolivia con fuertes críticas al capitalismo y un tono pesimista sobre la cumbre de Paris que buscará acuerdos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
«Si la temperatura se incrementa más allá de los 1,5 grados centígrados estaremos viviendo una catástrofe planetaria. Ante la impunidad de los delitos contra la Madre Tierra, es una necesidad inmediata contar con un sistema jurídico internacional que castigue a los países que no cumplen con sus compromisos», dice una de 132 propuestas que aprobó el encuentro de activistas, líderes indígenas, expertos y representantes de la sociedad civil de 42 países que se reunieron para debatir sobre el cambio climático a convocatoria del presidente Evo Morales.
Morales fue encomendado a representar las conclusiones a la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, más conocida como COP21 que comenzará a fines de noviembre en París. «Vamos defender estas propuestas en París», dijo el mandatario boliviano.
La declaración de Cochabamba, centro de Bolivia, habla de «expulsar a las transnacionales y multinacionales que dañan nuestra Madre Tierra» y propone un «nuevo modelo civilizatorio», una declaración universal de Derechos de la Madre Tierra y emplaza a las potencias a aprobar en Paris «metas cuantificables de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero».
Asimismo «repudia y condena» el derrame de un millón de litros de cianuro que la multinacional canadiense Barrick Gold provocó en Argentina, la contaminación por mercurio de una minera en Perú y «exige justicia por el desastre petrolero causado por la Chevron» en la amazonia ecuatoriana.
El encuentro se cerró el lunes en la tarde con discursos políticos de los presidentes Nicolás Maduro de Venezuela y Rafael Correa de Ecuador y el canciller cubano Bruno Rodríguez. «Si los contaminadores fuéramos nosotros, hace rato nos hubieran invadido para exigirnos una compensación», dijo Correa. «Si París se equivoca en la reunión de los encumbrados, llegará la muerte. La voz de los pueblos tiene que hacerse escuchar en París», dijo a su vez Gustavo Petro, alcalde de Bogotá. No aceptaremos en París acuerdos que diluyan los responsabilidades de las potencias, sostuvo el canciller cubano Bruno Rodríguez.
En el cierre de la reunión se escuchó voces de apoyo a Maduro, Correa y a la presidenta de Brasil Dilma Rouseff ante los problemas internos que afrontan problemas en sus países. La cita tuvo ¿un cierre musical con ritmos bolivianos que bailaron Morales, Correa y Maduro en la testera.
Más temprano, el ex magistrado español Baltazar Garzón, invitado al foro, defendió una reforma de la carta de Naciones Unidas para incluir el «ecocidio» y juzgar delitos contra el medio ambiente como se hace con crímenes de lesa humanidad o crímenes de guerra. «El ecocidio también causa miles de víctimas», dijo Garzón.
Pero el canciller francés Laurent Fabius invitado a la cita descartó la idea de crear un tribunal.
«Muchos países seguramente resistirán…no es posible poner en la cárcel a los gobiernos, pero lo que se debe hacer en París es llegar a un acuerdo jurídicamente vinculante y la principal presión es la internacional», dijo Fabius en una rueda de prensa el sábado. «Sólo un tribunal puede obligar a pagar la deuda ambiental ¿Si hay un tribunal para la deuda por qué no puede haber para la deuda ecológica?», señaló Correa.
También el secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon en su breve visita a Cochabamba llamó a «no dejar de hacer presión» para que la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático, más conocida como COP21 que comenzará a fines de noviembre en París alcance compromisos concretos sobre reducción de gases contaminantes, algo que no ha sido posible en reuniones anteriores.
LA PAZ, Bolivia (AP)