En los semáforos del Riguero fue detenido un sujeto, después que en una casa de este barrio se introdujera a escondidas a robar todo lo que encontrara a su paso, afortunadamente en un descuido de su parte fue visto por uno de los habitantes del inmueble, avisando a los demás y dándole persecución, llegándolo a detener en la pista principal.
El amigo de lo ajeno hizo un hueco en la vivienda, de donde ya había sustraído un televisor, enceres de cocina y tenia preparado ya el cilindro de gas para llevárselo como si fuera el autentico dueño.
La astucia del individuo fue tanta que hasta el guardián de la casa no hizo ningún movimiento para impedir que este cumpliera su objetivo; pero la suerte no le duró mucho pues hasta una buena paliza terminó recibiendo. El detenido sería llevado al distrito uno de policía para que enfrente cargos por el delito que no pudo cometer.
Julio Cruz