ROMA (AP) La policía allanó el miércoles 27 pizzerías, cafés y otros establecimientos de comida en el centro de Roma y otros lugares del país que presuntamente servían de fachada legítima para el crimen organizado lejos de su base en Nápoles.
La oficina del fiscal nacional antimafia dijo que también confiscó gasolineras y estacionamientos en Nápoles, las que presuntamente eran utilizadas por la Camorra para blanquear fondos provenientes del narcotráfico, la extorsión y la usura.
La agencia antimafia calificó el operativo como la investigación más importante de los Contini, integrantes de la Camorra. El valor total de los bienes confiscados fue de 250 millones de euros (340 millones de dólares) incluyendo negocios, viviendas, vehículos, terrenos, cuentas bancarias y otras propiedades.
Las autoridades emitieron 90 órdenes de arresto, aunque algunos de los individuos señalados ya están en la cárcel.
Edoardo Contini, encarcelado desde el 2007 tras haber estado prófugo durante años, era el arquitecto de la red de lavado de dinero. Su esposa fue arrestada por sospecha de usura y extorsión contra una familia de comerciantes en la zona de Nápoles, dijo la agencia antimafia.
Aunque la extorsión en Nápoles no es nada nuevo para la Camorra, la ubicación de los nuevos negocios imputados, en el corazón histórico de Roma, subraya el nivel en que el crimen organizado ha penetrado la vida capitalina.
El miércoles, los carabinieri allanaron varios establecimientos en el corazón de Roma en busca de pruebas. Las pizzerías y heladerías involucradas están ubicadas cerca de monumentos y plazas frecuentados tanto por turistas como residentes locales, algunos cerca del Panteón y de la Piazza Navona.
Salvatore Luongo, comandante de los carabinieri, dijo que el clan de los Contini había echado raíces en Roma desde la década de 1990. El clan «lavaba su dinero a través de estas pizzerías, que usaban una contabilidad falsa», dijo Luongo.
Entre los negocios confiscados figura una red de confección de ropa en Prato, en la Toscana, donde investigaciones anteriores revelaron que la Camorra arrojaba residuos tóxicos en su negocio ilícito de eliminación de basura.
Uno de los 90 sospechosos nombrados en las órdenes de arresto se suicidó arrojándose de su apartamento del cuarto piso cuando la policía fue a detenerlo, informaron las autoridades.