Testigos de la fiesta en que resultaron 92 presuntos pandilleros detenidos relatan lo que sucedió antes y después de ser capturados en una fiesta que se presume se incitaba a la violencia pandilleril.
La jueza ordenó que se abrieran las puertas de la sala del juzgado especializado, ante la incomodidad del olor que emanaban 92 jóvenes procesados que pasaron cinco días sin bañarse en las bartolinas de Apopa y se apresuró para ordenar que pasaran a la etapa de instrucción en libertad.
Esa imagen dista de las condiciones en que los procesados llegaron el sábado 26 de septiembre a las instalaciones del Club Social Deportivo Vendabal, ubicadas en el municipio de Apopa, donde se celebró una fiesta dedicada a la Independencia, la cual había sido preparada con un mes de antelación.
Los 231 jóvenes selectos para asistir a la «Fiesta-bailable» -como le denominaron sus organizadores en afiches y videos que fueron difundidos en lugares públicos y redes sociales- escogieron atuendos acordes a una reunión «a puerta cerrada», que prometía durar hasta el amanecer.
La convocatoria era para las 8:00 de la noche, a la que muy puntualmente acudieron la mayoría de los asistentes; sin embargo la reunión empezó tarde porque la discomóvil «Enigma» estaba terminando la instalación de sus estructuras, según indicaron los asistentes.
Una hora más tarde la adrenalina subió cuando las luces del local se apagaron y se encendieron las luces de la disco, al mismo tiempo que se anunciaba en los parlantes que estaban a todo volumen.
Las primeras canciones fueron reguetones que de inmediato motivaron a los asistentes a que se lanzaran sobre la pista de baile durante una hora, mientras esperaban la rifa de una caja de cervezas anunciada en los promocionales.
Al filo de las 10:00 de la noche la apuesta de la noche llegó cuando el rapero Sky Punto 9-3 subió a la tarima y saludó a los más de 200 asistentes mientras coreaba algunas de las 23 canciones que ha compuesto en los dos últimos años.
Agencias