KIEV, Ucrania (AP) Las protestas contra el gobierno en Kiev, la capital de Ucrania, se convirtieron el domingo en batallas feroces contra la policía mientras cientos de manifestantes lanzaron piedras y bombas incendiarias para quemar vehículos oficiales.
Decenas de policías y manifestantes resultaron heridos.
La policía respondió con granadas aturdidoras, gas lacrimógeno y cañones de agua, pero eran superados en número por los manifestantes. Muchos de los policías antimotines sostenían sus escudos sobre su cabeza para protegerse de los proyectiles lanzados por los activistas desde el otro extremo de una fila de autobuses.
La violencia fue una drástica agudización de la crisis política que padece Ucrania desde hace dos meses, la cual ha ocasionado movilizaciones a toda hora, pero que en su mayoría han sido pacíficas.
El dirigente de la oposición Vitali Klitschko intentó en vano llamar a la calma a los manifestantes e incluso fue rociado con un extintor. Más tarde, Klitschko viajó a la residencia suburbana del presidente Viktor Yanukovych y dijo que el presidente aceptó negociar.
«Sólo hay dos formas para el desarrollo de los acontecimientos. La primera es no negociar», dijo Klitschko, citado por la agencia de noticias Interfax. «Un escenario de fuerza puede ser impredecible y no descarto la posibilidad de una guerra civil… Y aquí estamos usando todas las posibilidades para evitar un derramamiento de sangre».
Las manifestaciones del domingo se dieron una semana después de la aprobación de una estricta ley anti-protestas, vista como un intento de la autoridad para suprimir las movilizaciones contra el gobierno.
Las protestas comenzaron el 21 de noviembre, cuando el presidente decidió congelar los vínculos con la Unión Europea y acercarse más a Rusia. Numerosos periodistas y dirigentes de oposición han sido blanco de agresiones, acoso y persecución.
Después, Moscú anunció después un crédito de rescate por 15.000 millones de dólares para ayudar a la economía de Ucrania que atraviesa por dificultades.
La semana pasada, Yanukovych causó conmoción tanto en el país como en el extranjero cuando aprobó varias leyes que restringen a los ucranianos el derecho a la protesta, al activismo político y a la libertad de expresión. Estados Unidos calificó la legislación de «antidemocrática».
Las leyes prohíben a los manifestantes que utilicen máscaras o cascos en las manifestaciones. Debido a ello, muchos se pusieron máscaras de teatro y ollas o cacerolas en la cabeza durante la movilización del domingo.
Otros puntos de la controvertida ley restringen la actividad de los grupos no gubernamentales que reciben financiamiento de occidente y tienen la intención de equiparar con la difamación al periodismo crítico hacia las autoridades.