El fantasma de un incendio de grandes magnitudes, volvió a rondar por la mente de comerciantes en el populoso mercado Oriental. El humo y el fuego en un tramo de comideria ubicado de la Casa de los Encajes dos cuadras arriba, una cuadra al sur, encendió las alarmas.
La irresponsabilidad de haber dejado un fogón encendido fue el detonante del principio de incendio, pero gracias a Dios y a la rápida intervención de algunos comerciantes y vigilantes que actuaron rápidamente con extinguidores y baldes con agua, lograron controlar las llamas.
Rápidamente unas cinco unidades de camiones contra incendios, camiones cisternas y más de 30 fuerzas de la Dirección General de Bomberos se movilizaron al foco del fuego para terminar de enfriar y despejar el peligro de que hubiera otra combustión y se propagara a tramos vecinos (joyerías, calzado, venta de ropa y productos varios).
El comandante de regimiento, Ramón Landero, director general de la DGB, hizo un llamado a la conciencia de los comerciantes a ser más responsables y no dejar ninguna fuente de calor activada, apagar la última braza de carbón en el caso de las comiderias, a desconectar los cilindros de gas y cualquier tipo de electrodomésticos para así evitar un siniestro de grandes magnitudes.
Enfatizó que el Oriental, es una verdadera bomba de tiempo, pues el acceso de los camiones cisternas es casi imposible y que para poder conectar una manguera la distancia es de al menos unos doscientos metros, misma que merma la presión del agua.
Landero concluyó ratificando el compromiso de garantizar la seguridad en este el mercado, el más grande de Centroamérica.
Benedicto Balmaceda
