Un ceremonia en la localidad de Otaki (centro) sirvió ayer para conmemorar el primer aniversario de la erupción del volcán Ontake, el peor desastre volcánico de Japón en casi un siglo, que causó 63 muertos y desaparecidos
Familiares de las víctimas, policías y bomberos que participaron en las labores de rescate guardaron un minuto de silencio a las 11.52 hora local (2.52 GMT), el momento exacto en el que el segundo mayor volcán de Japón entró en erupción hace un año.
En el momento de la erupción del Ontake, de 3.067 metros de altura y ubicado a unos 100 kilómetros al norte de la ciudad de Nagoya y 200 kilómetros al suroeste de Tokio, centenares de montañeros se encontraban en sus faldas y en la cima haciendo senderismo.
Unos 250 pudieron abandonar la zona por su propio pie o fueron evacuados, 69 de los cuales sufrieron heridas de diversa gravedad, la mayoría por golpes, fracturas y quemaduras.
El pasado junio las autoridades rebajaron de 3 a 2 el nivel de alerta en una escala de 5 y este mes se abrieron las rutas del volcán lo que permite a los escaladores llegar hasta los 2.800 metros de altitud.
El turismo local se ha visto muy afectado y la ocupación de los hoteles no llegan ni al 70 por ciento de los niveles anteriores al accidente, según datos facilitados por la cadena pública NHK.
La erupción del Ontake fue la que más pérdidas humanas causó en Japón desde 1926, cuando el estallido del monte Tokachi, en la isla de Hokkaido (norte del país), dejó 144 muertos y unos 210 heridos.
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