MADRID, 16 enero 2014 (AFP) – Un grupo de prostitutas de la isla de Ibiza, en las Baleares, crearon una cooperativa que les permite pagar sus impuestos y beneficiarse de la seguridad social, afirmando que se trata de la primera iniciativa de este tipo en España.
Once mujeres en la veintena y la treintena, procedentes de España, Italia y países de Europa del Este, se inscribieron en noviembre ante las autoridades locales como miembros de la cooperativa de servicios sexuales Sealeer, explica su protavoz María José López.
«Somos pioneras. Somos la primera cooperativa en España que puede dar cobertura legal a todas las chicas», asegura, agregando que esperan atraer a otras 40 mujeres.
López no es prostituta, sino una ama de casa de 42 años que representa a las otras mujeres, reticentes a tratar con la prensa.
Como en cualquier cooperativa, las miembros de Sealeer declaran sus ingresos, pagan impuestos y cotizaciones sociales, lo que les da acceso a la sanidad pública, la jubilación y otras ventajas.
Según un informe parlamentario de 2007, últimos datos disponibles, los españoles gastaban 50 millones de euros (68 millones de dólares) por día en prostitutas, cuyo número se calcula en 400.000 en todo el país.
En Ibiza, cuyas playas y discotecas atraen cada año a millones de turistas extranjeros, «en verano mueve muchísimo dinero la prostitución porque tiene muchísima actividad», subraya López.
Así como las autoridades «controlan a los hoteles, a los restaurantes, que todo el mundo se dé de alta, que también miren que las chicas estén cómodas y estén regularizadas», pide la portavoz.
La prostitución no es ilegal en España pero en noviembre el gobierno conservador de Mariano Rajoy presentó un proyecto de ley en el que prevé sancionar con multas a las personas que contraten a prostitutas en lugares cercanos a escuelas o zonas infantiles.
Barcelona, segunda ciudad del país, multa la prostitución en las calles y Madrid planea hacer lo mismo.
Para Gloria Poyatos, exabogada convertida en juez que aconsejó a Sealeer, la cooperativa libera a las mujeres de las redes de proxenetas.
«Hablamos de una minoría de mujeres prostitutas con supuesta libertad, pero, la realidad es que, en la mayoría de los casos, su capacidad para decidir no es real», denuncia por su parte Ignacio Arsuaga, presidente del grupo de presión conservador HazteOir.
«La reglamentación de la prostitución es nociva para las víctimas que son explotadas, para las esclavas sexuales», agrega.