Gobierno concede créditos a cubanos para comprar equipamiento de cocina

LA HABANA, 14 enero 2014 (AFP) – Los cubanos podrán acceder a créditos bancarios para comprar equipamiento para cocinar, en las dos monedas que circulan en Cuba y sustituir con el que cuentan, anunció este martes el diario oficial Granma.

«De esta manera, se podrán comprar en las tiendas comercializadoras en CUC (peso convertible, igual al dólar), ollas de presión eléctrica, arroceras y de presión convencional; así como las cocinas eléctricas de inducción y su menaje», señaló el periódico.

Pero también, «las tiendas de la red de comercio minorista que ofertan productos en CUP (pesos cubanos, 24 por CUC), comenzarán a vender durante el 2014 cocinas de inducción de una hornilla con su menaje incluido, que estará compuesto por un juego de cuatro piezas en el cual se incluyen una cacerola con tapa, un sartén, un jarro y una cafetera», publicó.

Tras una crisis de generación eléctrica, en 2004, el entonces presidente Fidel Castro emprendió un programa que bajo el nombre de «revolución energética», propició el cambio de viejos equipos de factura soviética por otros menos consumidores de electricidad, generalmente de fabricación china.

Desde entonces, las bombillas incandescentes fueron cambiadas por ahorradoras y gran parte de los núcleos familiares adquirió a precios subsidiados, pequeñas cocinas y ollas eléctricas, así como refrigeradores y aparatos de aire acondicionado, entregando el equipo viejo.

En el caso de las cocinas, no estuvieron incluidos los hogares que tienen servicio de gas por tuberías. Pero seis años después, muchos de esos equipos no cuentan con piezas de recambio o vencieron su vida útil, lo que ha provocado un fuerte problema, tratado ampliamente en la más reciente sesión parlamentaria de diciembre.

La adquisición autorizada con créditos, se hará a precios sin subsidios.

Desde el 2011, el Gobierno de Raúl Castro, que sustituyó a su hermano enfermo en 2006, autorizó la concesión de créditos bancarios a personas naturales, básicamente a campesinos y trabajadores privados, para sus labores, o a ciudadanos que necesitaban reparar sus viviendas.

En el caso de la reparación de viviendas también se otorgó subsidios a las familias de bajos ingresos.