(Reuters) – La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo el viernes a través de Twitter, que sigue con atención un problema de seguridad en el estado de Maranhao y que va a tomar medidas para intentar resolver la violencia en las cárceles.
«Estoy siguiendo con atención la cuestión de la seguridad en Maranhao», dijo Rousseff en su página de Twitter, en su primera referencia pública al problema, un día después de la visita del ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, al estado en conflicto para debatir el problema.
Maranhao vive desde el año pasado una crisis de seguridad pública que se inició dentro de dos cárceles y se diseminó a las calles.
El Complejo Penitenciario de Pedrinhas, en Sao Luis, ha sido foco de actos de barbarie y enfrentamientos entre los detenidos, que resultaron en la muerte de al menos 60 presos el año pasado.
Esta semana, la divulgación de un video con imágenes de presos decapitados y la muerte de un niño, luego de que un autobús fuera incendiado en Sao Luis, llevaron a organismos internacionales, entre ellos Naciones Unidas, a exigir una solución para la crisis.
La situación de las prisiones del estado ya era un foco de tensión desde octubre del año pasado, cuando el gobierno estatal decretó estado de emergencia del sistema penitenciario.
La situación derivó en el envío de la Fuerza Nacional de Seguridad y llamó la atención de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
La demora de la presidenta Rousseff en manifestarse públicamente sobre la crisis podría estar asociada a una cuestión política, ya que la gobernadora Roseana Sarney (PMDB)es hija del ex presidente y senador José Sarney (PMDB-AP), uno de los aliados políticos más poderosos del Gobierno del Partido de los Trabajadores.
Tras la reunión del jueves, el ministro de Justicia y la gobernadora anunciaron medidas para contener la ola de violencia en el sistema carcelario del estado.