Soldados chocan con rebeldes en el oeste de Irak

BAGDAD (AP) — Fuerzas especiales iraquíes libraban el viernes intensos combates con extremistas vinculados a al-Qaida en una aldea ubicada en la conflictiva provincia occidental de Anbar, dijeron las autoridades.

La aldea de al-Bubali se sitúa entre Faluya y Ramadi, dos ciudades importantes en Anbar a las que mantienen sitiadas las fuerzas de seguridad y sus aliados de tribus suníes. El ejército y sus aliados tribales intentan recuperar los sectores de ambas ciudades que cayeron la semana pasada en poder del grupo conocido como el Estado Islámico en Irak y el Levante que tiene vínculos con al-Qaida.Los extremistas ocuparon estaciones de policía y puestos militares, liberaron prisioneros y establecieron sus propios puestos de control.

El portavoz de la provincia de Anbar, Dhari al-Rishawi, dijo que el viernes se libraban combates afuera del perímetro sur de Ramadi, la capital de la provincia. En al-Bubali, varios vehículos del ejército fueron dañados por el estallido de bombas que los extremistas colocaron en calles en los alrededores, dijo un funcionario policial que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones a la prensa. Se desconocían de inmediato las cifras sobre bajas, apuntó.

Los efectivos iraquíes han chocado con los combatientes de al-Qaida principalmente en las afueras de Faluya y Ramadi y han atacado ocasionalmente por aire las posiciones de los extremistas. Sin embargo, se han abstenido de lanzar una ofensiva de mayor envergadura para recuperar ambas ciudades, por temor de que ante la ira por las posibles bajas civiles los líderes tribales moderados decidan apoyar a los extremistas.

Aunque el portavoz del Ministerio de Defensa, Mohammed al-Askari, dijo el viernes a The Associated Press que la paciencia del gobierno no duraría para siempre. «Seremos pacientes tanto como se necesite, pero si no hay otra solución, entonces las fuerzas de seguridad y los combatientes de las tribus aliados entrarán en las ciudades», afirmó al-Askari.

Algunas tiendas abrieron el viernes en Faluya en tanto que clérigos pidieron a los empleados de gobierno, durante los sermones de oración del mediodía, que regresen el domingo a sus trabajos. Las tensiones sectarias se han avivado durante meses en Anbar debido a las protestas de los suníes contra lo que éstos describen como la discriminación y arrestos arbitrarios de parte del gobierno central que encabezan los chiíes.

La violencia se intensificó después de que las autoridades arrestaran el 28 de diciembre a un legislador suní sobre el que pesaban cargos de terrorismo y después de que desmantelaran un campamento de protesta suní que había durado un año en Ramadi.