En la ciudad Ushuaia, la más cercana a la Antártida en todo el mundo, ubicada en Argentina, se comenzó a construir lo que pretende ser la primer casa auto sostenible del mundo, capaz de utilizar y almacenar energía eólica y solar suficiente para mantener la temperatura todo el año y reciclar los propios residuos.
La vivienda, diseñada por el arquitecto Michael Reynolds, es un «modelo de supervivencia simple» y consiste en dos construcciones en forma de cilindro de 50 metros cuadrados, fabricadas utilizando cerca de 300 neumáticos, 3.000 latas, 5.000 botellas de plástico y 3.000 de vidrio, entre otros materiales reciclados.
A su alrededor, un armazón de cristales crea un efecto invernadero para mantener la temperatura de la vivienda constante entre 18 y 22 grados y ahorrar así energía eléctrica en una ciudad donde el invierno es la única estación del año.
El proyecto está planteado como un curso en el que participarán 70 voluntarios de todo el mundo, de lugares tan alejados como Turquía o Australia, junto a indígenas de la comunidad quom argentina.
Torre describe la construcción de esta vivienda, pionera en Latinoamérica, como «una semilla», y espera que «todos los participantes vayan sentando otras semillas en sus países, en los limítrofes y en todo el mundo».
El alcalde de la ciudad, Federico Sciurano, calificó la construcción de «mensaje de esperanza y de futuro» que indica «hacia dónde quiere ir» el municipio, en declaraciones a la agencia oficial Télam.
AGENCIAS