Al menos 30 personas murieron y un centenar resultaron heridas el lunes tras una explosión en la ciudad de Suruc, en el suroeste de Turquía y cerca de la frontera con Siria, informaron autoridades turcas. Pareció tratarse de un atentado suicida inspirado por el grupo extremista Estado Islámico.
La explosión se produjo a mediodía en un centro cultural donde el grupo político Federación de Jóvenes Socialistas ofrecía una rueda de prensa sobre la reconstrucción de Kobani, dijo un testigo.
Por el momento nadie se responsabilizó del ataque, pero un funcionario dijo a The Associated Press que Turquía sospecha que el grupo extremista Estado Islámico fue el responsable.
Suruc está junto a la frontera siria, que la separa de la ciudad siria de Kobani, donde se produjeron batallas intensas entre grupos curdos y el Estado Islámico. El grupo extremista, que el año pasado tomó el control de amplias extensiones de Irak y Siria, sufrió en Kobani su peor derrota de 2014. La ciudad se ha convertido en un símbolo de la resistencia curda contra el grupo armado.
Si se confirma que el grupo EI estuvo detrás del ataque, representaría una expansión importante de la ofensiva del grupo ahora hacia Turquía en momentos en que el gobierno parece incrementar sus esfuerzos contra esa organización extremista.
Es posible que el atentado no sea el primero del grupo en Turquía, aunque sí el más grave. En enero, una atacante suicida con supuestos lazos con el Estado Islámico se inmoló en un distrito turístico en Estambul, matando a un policía e hiriendo a otro.
Fatma Edemen, de 22 años, dijo que unos 200 jóvenes de la federación estaban reunidos para demandar más acceso a la reconstrucción de Kobani cuando sucedió la detonación.
«Uno de mis amigos me protegió. Primero pensé ‘estoy muriendo’, pero estaba bien. Comencé a correr cuando vi los cuerpos», dijo por teléfono a la AP mientras se encaminaba al hospital para ser atendida por heridas leves en las piernas.
Con voz temblorosa, dijo que su grupo pensaba que Kobani era relativamente segura y que estaba lista para reconstruirse.
«Nuestros amigos fueron allí y no parecía peligroso en ese momento. No podíamos siquiera imaginar que algo así pasaría», agregó Edemen, señalando que los activistas esperaban reconstruir un kindergarten o algo más para los niños de esta devastada ciudad.
Más de 200 personas murieron el mes pasado en Kobani en una serie de ataques sorpresa del grupo Estado Islámico.
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en visita oficial en Chipre, condenó el ataque.
En Suruc también se encuentra el campo de refugiados más grande de Turquía, a donde han llegado casi 2 millones de sirios que huyen de los combates.
Más de 220.000 sirios han muerto desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011 y al menos un millón han resultado heridos, de acuerdo con la ONU.
ESTAMBUL, Turquía (AP)