El domingo pasado en Afganistán una niña de 10 años presuntamente fue obligada por su hermano para perpretar un ataque suicida contra fuerzas de seguridad del país.
La niña, de nombre Spogmai, fue detenida el pasado domingo después de confesar que su hermano, un comandante talibán, le ordenó llevar a cabo un ataque suicida contra un puesto de control en el sur de Afganistán, según ha informado una fuente oficial. La niña se entregó ante las autoridades indicando las intenciones del atentado.
Luego de haber sido detenida y en resguardo policial, Spogmai brindó una breve rueda de prensa en donde explicó que su hermano le colocó un chaleco cargado de explosivos para que lo accionara contra el puesto policial de la ciudad de Lashkargah, pero se puso nerviosa y empezó a gritar y llorar, por lo que su hermano le retiró el chaleco y escapó.
Tras su detención, Spogmai dio una rueda de prensa en la ciudad de Lashkargah en la que explicó que su hermano le colocó un chaleco cargado de explosivos para que atentase contra el puesto policial, pero cuando ella empezó a «gritar y llorar», su hermano se lo retiró y escapó.
No es el primer caso en donde aparentemente este tipo de ataques se producen en esta zona. En agosto de 2011, un adolescente hizo estallar la carga explosiva que llevaba adosada durante el rezo islámico en un templo situado en la zona de Jamrud, en las afueras de la ciudad paquistaní de Peshawar.
Dos meses antes, una niña de ocho años murió al explotar la bomba que transportaba en una bolsa cuando se dirigía a depositarla en un puesto de policía en la provincia de Uruzgán, en el sur de Afganistán.