De forma constante sisea, se queja y escupe, pero aproximadamente cada media hora el volcán Yasur envía un tremendo chorro de lava y una explosión tan fuerte que ensordece a quienes se encuentran relativamente cerca del volcán: puede escucharse a kilómetros de distancia. Al anochecer, las explosiones parecen fuegos artificiales y la lava brilla mientras cae del cielo.
Con apenas 361 metros de altura (1.184 pies), el volcán en el archipiélago de Vanuatu en el Pacífico es particularmente accesible y espectacularmente activo. Algunos lo han apodado el volcán más amigable del mundo, aunque su ferocidad y erupciones ocasionalmente peligrosas de lava y gas parecen desafiar esa descripción.
Llegar ahí ya es una aventura.
Yasur está en la isla sureña de Tanna, Vanuatu, que no cuenta con calles pavimentadas y en donde gran parte de sus 30.000 habitantes aún viven como lo han hecho los isleños durante siglos: en chozas de paja con cerdos y gallinas corriendo libremente.
La leyenda dice que el volcán es un dios. Kelson Hosea, propietario de los rústicos búngalos Jungle Oasis cerca de la base de Yasur, dijo que la historia cuenta que Yasur regresó un día a casa para encontrar a sus dos esposas y cuatro hijos todavía en la playa y de coraje se convirtió en un cerdo antes de quedarse dormido.
«Cuando los niños regresaron con su madre a casa, vieron al cerdo y se enojaron», dijo. «Se enojaron y no cayeron en la cuenta que era su padre. Pensaron que era un cerdo, lo mataron con un palo y el cerdo explotó».
Contó que los cuatro cráteres distintivos del volcán son los cuatro hijos.
Las autoridades cierran periódicamente al Yasur cuando las erupciones son muy violentas y es peligroso estar cerca del borde.
Yoram Teitler, un geólogo que recientemente fue investigador invitado en la Universidad de Australia Occidental, dijo que es probable que el volcán lleve activo 2.000 años.
ISLA TANNA, Vanuatu (AP)