Miles de personas soportaron estoicamente un torrencial aguacero que se prolongó buena parte de la madrugada del martes para reservar un puesto y asistir a la misa campal que tiene previsto oficiar el papa en un gigantesco parque del norte capitalino, en la tercera jornada de su visita a Ecuador.
Francisco tendrá el martes una jornada completa en Quito que además de la misa multitudinaria incluye una reunión con obispos ecuatorianos, educadores católicos y miembros de la sociedad civil para cerrar con una visita privada a la iglesia jesuita de La Compañía.
El antiguo aeropuerto de Quito y ahora convertido en el parque Bicentenario, lucía abarrotado la madrugada del martes por feligreses que pasaron la noche en el lugar, pese a que cayó un torrencial aguacero.
Cubiertos con plásticos, cobijas y bolsas de basura los feligreses aguantaron mientras cantaban y compartían café.
A los vendedores ambulantes tampoco les importó el frío, la lluvia, ni la madrugada. En el parque ofrecían recuerdos como cruces, calendarios o llaveros con la cara del papa.
Uno de los más demandados es el «kit Francisco» que contiene una mochila, un CD, pañuelo recordatorio de la visita y un rosario, todo a por apenas 5 dólares.
Hacia las cinco de la mañana empezó a sonar desde altoparlantes música alegre y festiva que contrastaba con el frio ambiente del lugar.
El director de operaciones emergentes del municipio de Quito, Cristian Rivera, dijo a The Associated Press, que al amanecer había unas 320.000 personas en el Bicentenario y para la mañana superaría el medio millón.
Esta será la segunda misa campal del papa. El lunes estuvo en Guayaquil, la mayor ciudad de Ecuador, donde dedicó la homilía a la necesidad de fortalecer la familia.
QUITO, Ecuador (AP)